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Jinan, China – En una contundente muestra de su compromiso contra la corrupción, un tribunal popular en Shandong condenó a muerte al expresidente del Banco de China, Liu Liange, acusado de aceptar sobornos por más de 121 millones de yuanes y conceder préstamos irregulares por 436 millones de euros. La sentencia, suspendida por dos años, podría ser conmutada a cadena perpetua si no reincide.
La decisión marca un nuevo capítulo en la campaña anticorrupción liderada por el presidente Xi Jinping, que desde 2012 ha impulsado medidas estrictas contra altos funcionarios y ejecutivos. Liu, expulsado del Partido Comunista y privado de sus derechos políticos de por vida, es el banquero de mayor rango procesado hasta ahora.
Esta reactivación incluye casos recientes como los de Tian Huiyu (China Merchants Bank) y Wang Bin (China Life Insurance), con castigos ejemplares que buscan restaurar la confianza en el sector financiero. Sin embargo, críticos sostienen que estas medidas también sirven para neutralizar rivales políticos.
El enfoque moralizador de Xi, respaldado por la mayoría de la población, apunta no solo a la codicia sino también a conductas que desafían las normas, como el consumo de drogas y servicios clandestinos, reforzando su imagen de líder disciplinado y reformista.
FUENTE: LA VANGUARDIA
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