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En junio de 2024, Bolivia enfrentó un intento de golpe de Estado liderado por el general Juan José Zúñiga, quien movilizó tropas y vehículos blindados hacia la sede del gobierno en La Paz. El presidente Luis Arce denunció públicamente la acción como un intento de derrocar su gobierno y llamó a la población a movilizarse en defensa de la democracia. Tras la intervención, Zúñiga fue arrestado y posteriormente afirmó que el presidente Arce le había solicitado simular el golpe para fortalecer su imagen, una acusación que el gobierno negó rotundamente.
Este evento exacerbó las tensiones entre Arce y el expresidente Evo Morales. Morales, quien enfrenta procesos judiciales y ha sido inhabilitado para postularse en las elecciones de 2025, acusó a Arce de orquestar un «autogolpe» para consolidar su poder. En respuesta, Arce acusó a Morales de intentar desestabilizar su gobierno mediante bloqueos y movilizaciones, sugiriendo que buscaba acortar su mandato y forzar su retorno al poder.
La situación política en Bolivia sigue siendo volátil, con el Movimiento al Socialismo (MAS) dividido entre las facciones de Arce y Morales, y una creciente incertidumbre de cara a las elecciones presidenciales de 2025.
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