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La campaña política se enciende tras acusaciones entre seguidores del expresidente Evo Morales («tutistas») y del gobernador Luis Fernando Camacho («samuelistas») por los antecedentes penales de familiares de algunos candidatos. Ambos bandos intercambian denuncias, buscando desacreditar al rival en plena contienda electoral.

Fuentes cercanas a los movimientos confirman que el conflicto escaló tras revelaciones sobre procesos judiciales contra parientes de figuras clave. Los «tutistas» acusan al oficialismo de encubrimiento, mientras los «samuelistas» responden señalando supuestos vínculos con corrupción en gestiones pasadas.

Analistas advierten que estas polémicas desvían el debate de propuestas y profundizan la polarización. La Corte Departamental Electoral llamó a evitar campañas sucias y recordó que las imputaciones a familiares no implican responsabilidad directa de los candidatos.

El clima tenso anticipa una campaña marcada por la confrontación, en medio de reclamos ciudadanos por un debate transparente y enfocado en soluciones.

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