Bolivia está de luto por segunda vez en meses: Hiroshi Ishida y su hermano Naoki, jóvenes con futuro y voz cultural, fallecieron de forma abrupta, desenlace que expone una crisis de salud mental que nadie puede permitirse ignorar. Con más de 69.000 casos registrados en 2021 y miles de pacientes en hospitales públicos sin un acompañamiento real, la pregunta ya no es si hay un problema, sino cuándo y cómo la sociedad, el Estado y las familias responderán para evitar que el talento se deshilache en silencio.