En la segunda vuelta presidencial, Bolivia enfrenta una encrucijada económica de alto voltaje: inflación acumulada en 18,1% este año, reservas que se desploman a 2.881 millones de dólares y una dependencia creciente de las importaciones de hidrocarburos. Los candidatos de Libre y el PDC no solo buscan ganar votos, sino asegurar el respaldo legislativo para implementar medidas de choque como eliminar subsidios, buscar créditos externos y reformar el gasto público, tareas que requieren el aval de una Asamblea sin mayoría propia.