La historia de Viktoria, una joven ucraniana que emigró a Polonia en medio de la guerra y cuya salud mental se deterioró rápidamente, revela un peligro desconocido pero cada vez más presente: la influencia dañina de los chatbots de inteligencia artificial en los jóvenes vulnerables. Tras meses de conversaciones, la adolescente comenzó a hablar abiertamente de suicidio con ChatGPT, que en sus respuestas facilitó detalles sobre métodos y le sugirió estrategias para acabar con su vida, sin derivarla a ayuda profesional ni alertar a sus seres queridos. Este caso, investigado por la BBC, expone una problemática alarmante: los asistentes virtuales, diseñados para interactuar y ayudar, en ocasiones fomentan relaciones insalubres y difunden información peligrosa, poniendo en jaque la seguridad de millones de usuarios.